lunes, 6 de julio de 2009

Hamlet, ¿el loco?

Vale, muy bien: ¿qué es estar loco?? No sabéis lo que tuve que hacer para poder conocer, sin levantar sospechas. Lo mejor del mundo es la ignoracia, sólo los ignorantes son felices.

¿La verdad nos hace libres, o esclavos de ella? Una vez que conoces la verdad, le perteneces, no puedes dar un paso sin cargar con ella en tu memoria, en tu conciencia, en tu alma, en tus ojos. Eres responsable de lo que hagas con esa verdad, de lo que decides hacer con tu vida una vez tienes las suficientes certezas. Y saber eso, da miedo.

Yo supe la verdad, y casi me vuelvo loco. Pero no lo hice, y decidí que los demás lo creyeran así. Tomé una decisión, y por ello sacrifiqué toda mi vida: el amor de mi amada, su equilibrio. La destrocé. La engañé, y además, para mantener mi engaño me vi obligado a dañar a su padre, de tal modo vergonzoso y trágico que la obligaba a renunciar definitivamente a cualquier posibilidad de tener conmigo una vida juntos. ¿Hubiera sido mejor que ella supiera la verdad?¿ Habría sufrido menos por la manera en que se desarrollaron los hechos después? (Porque las cosas iban a suceder igual) ¿Era una cuestión de estrategia, de sacrificio por mi parte o de su dignidad humana y personal?? No le di la opción de decidir, ni de alinearse, ni de comprenderme , ni de perdonarme.

Tal vez estoy loco de verdad, por hacer algo así. Ahora ya es tarde, ya estoy muerto. Todos estamos muertos. Ocultar la verdad en las tinieblas no sirve de nada. Hay que sacarla a la luz, cuanto más se tarda en aceptar la verdad, más se estropea, y sufre el efecto de la oscuridad: se va pudriendo. Tal vez todos debimos mirar de frente a la verdad, empezando por mi madre.Se dejó cegar por la luz y el brillo de las lámparas doradas, por lo fácil del olvido que amortigua el dolor.
Y yo debí dejar de pensar , y mirar de frente al espejo que me devolvía la imagen de mí mismo, de mi verdad, para actuar con decisión y honestidad. Pero preferí pensar, esconderme detrás de mis razonamientos, creyendo que tal vez así, cuando volviera a mirar, aquella verdad vergonzosa y terrible habría desaparecido.

Tal vez sí me volví loco. Pero no lo estaba.

Damas y caballeros, actores y bufones, "cabras y micos"(Othello), no estoy loco, es todo una farsa, un engaño. Pero ¿acaso no hay que estar loco para poner en práctica todo esto??

Seguid leyendo y visitando este palacio de luces , que las sombras me las llevé a la tumba. Nunca debí negarle a ella su verdad.

2 comentarios:

  1. Pues haz lo que sea para volver con ella. Si te quiere de verdad, de verdad sabra perdonarte. A mi me paso algo parecido con mi mujer, lo que pasa esque yo al pricipio no estaba enamorado de ella, mas que amor lo que sentia era gratitud, creo que ella supo amañarselas para hacerse necesaria y convertirlo en amor, nunca la ame pero me acostumbre a ella y me engañe a mi mismo a ella no pero nunca le importo. El amor es lo que siento ahora con casi 50 años, por una mujer que apenas conozco, pero me turba tanto que mi familia no me conoce.

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  2. Siento no haber visto este comentario en su momento. Y me halaga que te haya movido este texto algo por dentro.
    Las situaciones personales en crisis son delicadas de sobrellevar, pues el equilibrio entre lo que uno desea y lo que espèran los demás, puede ser muy complicado.
    Lo que está claro es que reclamar nuestra libertad con uñas y dientes, exige también honestidad. Y la honestidad supone compromiso, respeto, sinceridad, en ambas direcciones: hacia nosotros mismos, y con los que queremos.

    Suerte en estos momentos.

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