lunes, 27 de julio de 2009

Casualidades y causalidades

La primera vez que tuve contacto con estos conceptos fue hacia 1992, con La prueba del Laberinto, de Fernando Sánchez Dragó. Por supuesto, es uuno de los muchos libros que debo volver a leer, o bien para afianzar ideas, o para desterrarlas, o para hacer una crítica distinta. Lo fascinante de las palabras es que con ellas formamos conceptos, y tanto unas como otros, se van transformando en la medida en que nosotros evolucionamos. Y también ellos nos transforman a nosotros, en un círculo interminable de crecimiento mutuo.

Dicho esto, vuelvo a estas dos palabras, tan parecidas y tan dispares. La mayoría de cosas que suceden son por casualidad (sin relación causa-efecto) o bien por causalidad (existe esa relacion causa-efecto). La diferencia es notable en cuanto a concepto, pero sólo las separa un cambio de orden de dos fonemas. ¿Será por casualidad?

Cuando se suceden hechos que parecen enlazados entre sí, rápidamente les adjudicamos el adjetivo de casuales, creyendo que es el azar el que nos los presenta de esa forma. Pero si además, estos hechos casuales asociados uno a otro como eslabones de una cadena, empiezan a tener cierta significación para nosotros, se van convirtiendo en sorpresas, revestidas de un barniz mítico, misterioso o sobrenatural, como si una fuerzza externa nos pusiera en el camino ciertas marcas, como si el destino relamente existiera con voluntad propia, y la ejerciera para ayudarnos ( o volvernos locos).

Posiblemente, si estudiasemos las mitologías clásicas, mediterráneas o europeas, por no decir las orientales, entenderíamos que vida, destino, casualidad y causalidad, forman parte de nuestra propia percepción y consciencia. Dicen que las causalidades no son más que la percepción de cosas que pasan, que otras veces no nos llamarían la atención, pero que ahora emergen del fondo, porque estamos receptivos: las necesitamos, nos obsesionan, o las buscamos inconscientemente.

También hay quien dice que a las casualidades, no hay que buscarles explicación, pero que cuando se producen y tienen relación con cualquiera de estas "emergencias" significativas, liberan una especie de imán que atrae a otras casualidades. ¿Porqué? tal vez porque una vez que tomas un camino al azar, ya te estás acercando a un posible destino, y cuantos más indicadores te encuentras en este camino, más frecuentemente sale el cartel que te lleva a un punto concreto...

Casualidad??? Cuando Neo tira el jarrón o la lámpara en casa del Oráculo, justo después de avisarle de que iba a pasar (hablo de Matrix), y le pregunta "cómo lo sabías?", ella le responde: "la pregunta es: lo habrías tirado si no te lo hubiera dicho??". (porque Neo tira el jarrón al sorprenderse cuando el Oráculo le dice: cuidado con romper ese jarrón, y el se vuelve a mirarlo, haciéndolo caer). Cuando decides interesarte por algo, emprendes un camino de descubrimientos que te llevan a ramificaciones , e invountariamente estás atento a lo relacionado con tus intereses, encontrando entonces, que todo lo que te sucede gira alrededor de aquello. Pero es que antes ya sucedía... o no?? ¿Provocamos indirectamente que suceda lo que nos tememos o lo que deseamos? ¿Tiene sentido la frase "cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad"?

Aquí dejo las reflexiones de un loco, que busca encontrar lo que quiere, o que atrae hacia así aquello por lo que lucha. Id pensando , id moviendo.

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