jueves, 25 de junio de 2009

Nit de Sant Joan (2). Fascinación por el fuego...

Hay una increíble película llamada "En busca del fuego", dirigida por Jean Jacques Annaud en , en la que se recrea la vida de unos grupos sociales prehistóricos. Por una parte, los Neanderthal, por otra, los Cro-Magnon. Brutos los unos, y refinados y avanzados los otros. Aparte de algún caníbal por ahí, y atques sangientos del oso de turno, la historia es realmente preciosa, y narra muy didácticamente la lucha por la supervivenia del grupo de Neanderthales, que seguro no eran tan brutos como los han pintado. No sigo hablando de la película, que me embalo, y pierdo el hilo...

Íbamos por lo del fuego, ése bien tan preciado que la naturaleza regalaba en forma de incendio forestal, y que nuestros amigos bruticos habían conseguido guardar celosamente en una jaula para el fuego. Perderlo suponía la desesperación , la dependencia más absoluta. ¿Será por eso que ejerce tanta fascinación sobre nosotr@s, homosapiens del siglo XXI?
¿Por su poder devastador, contenido en una simple llama que desaparece con un soplido? ¿Por permitirnos sobrevivir en climas fríos, porque nos ayuda a conservar alimentos? ¿Por que alarga la duración del día cuando aún quedan cosas por hacer? Y sobre todo.... ¿Porque hemos aprendido a crearlo a voluntad?

El fuego simboliza la vida, la luz que ilumina la mente al igual que lo hace con nuestro mundo, es sinónimo de sabiduría. También implica purificación. Se transmite de mano en mano, como en liturgias de la iglesia, donde se bendicen las velas el dia de La Candelaria. Tambien la noche del sabado anterior al domingo de Pascua de Resurreccion, se bendice El Cirio Pascual, que se encendera todo el ano durante el ritual de la Santa Misa y otras ceremonias de su liturgia. O como la antorcha Olímpica, que recorre el mundo antes de dar comienzo a los Juegos. Para los judíos, la fiesta de la Hanuká, rememora la reconstrucción del templo de Israel. Los hinduistas celebran Dipavali encendiendo cientos de velas por la casa y las calles...

Hay muchas tradiciones relacionadas con el fuego, y no sólo en territorio ibérico-mediterráneo, ahí van unas cuantas:

-Hogueras en el solsticio de invierno (San Fabián, 20 Enero),
-pirotecnia en los Carnavales, y quema de monigotes,
-las Fallas de Valencia,
-las hogueras del solsticio de verano (San juan, y San Pedro),
-La Patum de Berga y las tradiciones de las Colles de Dimonis en Catalunya,
-En las islas Fidji, andan sobre las brasas, igual que en el Paso del Fuego de San Pedro Manrique (Soria),
-El toro de fuego de Medinaceli (me reservo la opinión al respecto para otra entrada), o los toros de fuego mecánicos con pirotecnia

han saltado voces de alrma desde que se aprobó una normaiva europea que regula la seguridad en la manipulación de material pirotécnico:
La norma impone una distancia de 15 metros para los productos pirotécnicos de categoría 3, los que se utilizan en arraigados festejos sobre todo en el litoral que va de Cataluña a Andalucía. La Comisión Europea defiende que la directiva no ataca ninguna tradición, porque el texto deja margen a los Estados para hacer las excepciones necesarias. Y España las hará. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, ya dejó claro que la defensa del patrimonio cultural es una prioridad del Gobierno y que ninguna fiesta tradicional asociada al fuego saldrá perjudicada. Se trata deuna normativa específica para el caso de la pirotecnia y la cartuchería distinta de la que regula el resto del material explosivo, teniendo en cuenta sus especificidades y usos en actividades culturales y festivas.

El texto normativo de la UE -de origen industrial y promovido para regular la puesta en el mercado de artículos pirotécnicos- fue aprobado el 23 de mayo de 2007. Pero la controversia ha surgido ahora que el tiempo apremia: los Estados miembros deben trasponer la directiva antes del 4 de enero del próximo año. Entre las medidas a que obliga, dos han soliviantado los ánimos porque harían impracticables antiguas tradiciones. Por un lado, la directiva aumenta hasta los 12 años la edad mínima para utilizar los artificios de pirotecnia de menor potencia y, por otro, impone una distancia de 15 metros para los productos pirotécnicos de la categoría 3, aquellos que se usan en los correfocs catalanes, los famosos pasacalles de diablos y demonios animados por el público con sus bengalas y bestias de fuego.

El malestar sigue a flor de piel, porque los afectados consideran que, en el fondo, se trata de un nuevo caso de incomprensión y desconocimiento por parte de los países del norte de Europa -donde la manipulación de estos productos se reserva a profesionales- de la sureña cultura mediterránea, tan ligada a la vida en la calle y que tantos éxitos ha cosechado. Entre los que más han ayudado a difundir su imagen en el extranjero se encuentra la compañía teatral Comediants, de Joan Font, que en la clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 hizo un emotivo elogio del fuego en forma de cuento.

"Todo el Mediterráneo está unido al fuego festivo a través de numerosos episodios, ya sean legendarios o históricos, como cuando Marco Polo trajo la pólvora, o con costumbres como la de encender hogueras en San Juan para celebrar el solsticio de verano. El fuego nos da miedo y, a la vez, nos atrae. Las grandes fiestas siempre acaban y empiezan con fuego, porque tiene un fuerte simbolismo y una gran belleza", explica Font.

Fiestas como la Patum de la localidad barcelonesa de Berga, una tradición de la que ya se tiene referencia documental en 1454, es considerada desde 2005 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Berga acogió recientemente una manifestación de unas 10.000 personas, para reivindicar respeto por las fiestas de fuego. Impedir a los niños de Berga que celebren la Patum infantil acabaría con el relevo de la fiesta. Y tampoco los adultos podrían disfrutarla porque la plaza en la que se celebra se llena hasta los bordes y sus dimensiones no permiten la separación propuesta. Como ésta, cabrían cientos de excepciones en todo el Mediterráneo.


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