miércoles, 16 de junio de 2010

Siempre acabamos llegando a donde nos esperan

(De El Viaje del Elefante, de José Saramago). Es la primera vez que leo a Saramago, y me hallo sumamente complacida. Humor, ironía, doble mirada, desde dentro y desde fuera de la acción, ausencia de signos de puntuación en los diálogos, que le da un aire de vértigo y fluidez.

Todo eso, a bote pronto, es lo que de poso me ha dejado el relato de un hecho auténtico, narrado con toda la imaginación y adornos que uno le quiera o sepa añadir.

Me gusta la explicación resumida que hace del Hinduismo, y sus tres Dioses o principios creador, conservador y destructor-renovador. O Brahma, Vishnu y Shiva.

Añade, en ese juego de entrar y salir del relato, acertadas reflexiones sobre la tarea de escribir e imaginar lo que después se escriba. "No soy yo quien juega con las palabras, son ellas la que juegan conmigo".

"...en estas cosas de la escritura, no es infrecuente que una palabra tire de otra sólo por lo bien que suenan juntas, sacrificando así muchas veces el respeto por la liviandad, la ética por la estética..."

"Tener que pagar porlos propios sueños debe ser la peor de las desesperaciones"

"Cuando las cosas buenas no suceden por sí mismas en la realidad, la libre imaginación da una ayuda para la composición equilibrada del cuadro".

Esta misma tarde, al terminarlo, he ido a la librería, a por más. Tengo ya en casa "Ensayo sobre la ceguera" y "El evangelio según Jesucristo". De momento, este pequeño elefante no se quedará en la estantería de la sala de estudio. Va a viajar conmigo para ser regalado a un amigo, que no sé si lee esto alguna vez, pero de libros sabe un montón, de hinduísmo también, y espero llegar en breve a donde me está esperando. Más adecuado, imposible.

1 comentario:

  1. Con qué poco tiempo he sabido la noticia de su fallecimiento... tengo pendiente otros dos libros suyos, y espero que me gusten tanto como este. He llegado un poco tarde a Saramago, pero como los genios son eternos...

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