jueves, 13 de mayo de 2010

Mi colega Turandot


Antes de que se me acuse de corporativismo, debo decir que la Princesa Turandot y yo no nos hemos conocido en persona, puesto que nos separan siglos de distancia. Y que este tetxo no es un alegato en su defensa, pues debo reconocer que un poco extrema sí que fue su reacción, sino un repaso a su vida, sus actitudes y su personalidad compleja y fascinante donde las haya.

TAmbién pretendo de paso, recordar al señor Puccini, quien la rescató de entre las leyendas, dándole una entidad y un alma, que de no ser por él, no habriamos conocido jamás.

En realidad, hoy es el mejor día para hablar de ella, tengo de fondo al Sr. Rufus Wainwright, cantando La Complainte de la Butte, el día está mustio, pero mi corazón es refugio cálido de emociones errantes. Sea, pues, bienvenida, la Historia de la Princesa Turandot.

Según la Wiki (http://es.wikipedia.org/wiki/Turandot) nos explica, Turandot se hizo famosa a través de una ópera escrita por Puccini, y estrenada el 25 de Abril de 1926 en Milán. Puccini había fallecido año y medio antes, dejando prácticamente acabada la obra. (El tenor español Miguel Fleta personificaba al príncipe Calaf en su estreno). Se trata de una obra bastante moderna, en el tiempo, y especialmente en su transfondo. (Libreto:http://www.kareol.info/obras/turandot/acto1.htm)

El autor se inspiró en un relato persa acerca de siete princesas, una de las cuales se encerró en su castillo esperando al hombre adecuado, el cual debía resolver unos enigmas, y aún así, corría el riesgo de morir antes de llegar a ella.
El argumento de Turandot, sigue esta leyenda, y la princesa argumenta que se siente receptora de la pena y el dolor de su antepasada, que fue víctima del ataque de un ejército invasor. Y por ello se venga en los hombres, no accediendo a casarse más que con aquel que resuelva tres enigmas que ella le plantea. Todos aquellos que lo han intentado, han fallado. Y el castigo aceptado de antemano es la decapitación. Lúgubre y truculento.

Evidentemente, Calaf, seducido por la enigmática y gélida belleza de Turandot, acepta, acierta e irrita a la princesa por su osadía, su valentía e inteligencia. Como Calaf no quiere una esposa a la fuerza, le da la ventaja de una noche para que ella descubra su identidad. Si eso sucede, él morirá al amanecer, como los demás.

Al final es Liù, la doncella de Calaf, quien muere torturada antes de confesar el secreto, para que su amo sea feliz. Se provoca su muerte poir amor a él, antes de verse tentada a hablar. Todo esto termina de ablandar el ya palpitante corazón de Turandot, quien , ahora sí, reconoce como igual y esposo al hombre que consiguió descifrar sus enigmas.

No hay crueldad en Turandot. No hay imprudencia en Calaf. No hay amor real en Liù. Son tres símbolos poderosísimos de una nueva forma de entender la sociedad y las relaciones:

Puccini nació en el seno de una familia de músicos de larga tradición, y siempre muy vinculados a la Iglesia. Giacomo Puccini, estuvo abierto a corrientes nuevas, ya en 1910 compuso La fanciulla dil west (la chica del Oeste), considerada como un western previo a que existiera el género como tal.

Me contaron que era un hombre atractivo y vital. Su esposa vivió en pecado con él, en unn principio, puesto que ella estaba casada con otro hombre, y el escándalo en la época fue considerable. Al parecer , llegó a ser muy celosa, lo que provocó ya en la madurez del músico, otro episodio escandaloso y trágico: una empleada de su hogar, se suicidó ante las acusaciones de la esposa de haberse quedado embarazada de Giacomo. Dichas calumnias provocaron la separación de Puccini y su ya esposa Elvira.

También en plena madurez, sufrió un accidente de tráfico mientras conducía su automóvil, pues era un gran aficionado al motor y a la velocidad.
A pesar de épocas de penurias y rachas de ánimos algo bajos, Pucinni supo integrar variadas influencias musicales, y recreó la vida cotidiana con acierto. Los años 20 trajeron aires de modernidad, y posiblemente, Puccini también supo verlo.

Las grandes protagonistas de sus obras son personajes femeninos: dulces, trágicos, justos y nobles, sencillos y entregados. Personajes libres de espíritu siempre, con una voluntad inquebrantable. En ocasiones, sometidos a imperativos que no pueden controlar. Uno de los temas recurrentes en sus óperas es la destrucción de una joven inocente a manos de una sociedad insensible. Se ha dicho que Puccini quería transmitir el mensaje de que el amor siempre tiene una esperanza. También se recalca mucho que el final "feliz" de Turandot está "impuesto" al resto del argumento. Realmente lo último que Puccini escribió fue, precisamente, la muerte de Liù.

Personalmente, opino que tal vez la intención del final ya estaba pensada y hablada. Que por una vez, el maestro, tras una larga depresión, quiso sanear el modelo, su propio modelo.
La sociedad estaba cambiando a pasos agigantados, y los nuevos roles de la mujer debían tener un reflejo en su obra. Las heroínas de Puccini pueden ser dulces y tradicionales, o de gran personalidad, como Tosca. ¿Porqué no romper, acabar, dejar morir el modelo de mujer tradicional con Liù, la dulce y abnegada? ¿Porqué no presentar un nuevo tipo de masculinidad intuitiva, generosa, humilde? ¿Porqué no dejar que una voz femenina reivindique siglos de supremacía masculina y se rebele contra ello?
Turandot siente en su alma la tradicional humilación y sometimiento de muchas mujeres a lo largo de la historia, y se niega a entregar a un hombre su valía como persona para ser anulada después. (No olvidemos que es una princesa, alguien codiciable no sólo por su belleza si no por su posición de poder).

Calaf, errante, vencido por un pueblo enemigo, llega a ella sin riquezas ni título. Pero sabe ver dentro de ella la verdad. Es un hombre que lejos de acercarse a ella con superioridad, lo hace con humildad, con admiración, que reconoce la totalidad de su persona. Y ve en el fondo, y entiende. Y acierta, descubre, intuye. Escucha lo que Turandot le dice, cómo habla su espíritu, su intelecto.
Es ahí cuando además, comprende que no puede obligar a una mujer a que lo quiera. Es ahí cuando por primera vez, Turandot ve respeto por parte de un hombre. Y flaquea, pero no acaba ahí: Calaf es generoso y regala su vida si ella es también capaz de saber quién es él.
Ante tamaño cambio de perspectivas, el papel tradicional de heroína romántica deja de tener sentido. Una nueva era tecnológica está despuntando, hay que ser prácticos, y no arrastrar exigencias morales ni sociales. Liù es buena, pero sobra. Y Turandot merece salir a la luz.

Hombre y mujer en igualdad de condiciones emocionales y sentimentales. Una mujer que usa su poder. Un hombre que no se asusta ante esto.

Las connotaciones sexuales no me dejan indiferente: la sexualidad femenina es , al parecer, más sutil y menos obvia que la masculina, y llena páginas y páginas de libros, revistas, guiones de películas, documentales más o menos dirigidos a la pornografía de luxe... La obsesión por descubrir los mecanismos del orgasmo femenino tienen raíces muy lejanas en el tiempo. Científicos de todo el mundo opinan, estudian y clasifican la respuesta sexual femenina (científicas, muy pocas, que yo sepa). Antaño, incluso se temía lo de oculto que pudiera haber entre las piernas de una mujer, fuente de perversión y variados males...
Mito de la vagina dentada: es el nombre con al cual se describe el conjunto de leyendas, presentes en varias culturas, que hablan de las mujeres con vaginas dentadas; las cuales se contaban con el objeto de prevenir sobre los riesgos de mantener relaciones sexuales con mujeres desconocidas. La vagina dentata se ha convertido en una atractiva imagen para muchos artistas y escritores, particularmente entre las obras del surrealismo o del psicoanálisis. (wikipedia)

Del relato original que inspiró Turandot, una vez resueltos los enigmas, el candidato a príncipe debía pasar por su “puerta secreta guardada por misteriosas espadas que amenazan con decapitar al intrépido”. (también en Wiki)


Es decir, de alguna manera, también se proclama el abandono de una sexualidad basada en el miedo al otro, miedo a la reacción de la mujer.
Y se propone un descubrimiento de esa intimidad desconocida, de esos enigmas, desde la cercanía, desde la intuición y la empatía, para no ser "decapitado".

En Turandot puede leerse una oculta proclama para descubrir a esa mujer fría y distante, que rechaza el sexo cuando es impuesto, una obligación, un deber. Esa mujer que quiere ser descubierta y liberada de tabúes absurdos. Esa mujer que despliega toda su sexualidad, todo su poder cuando es libre para elegir, y cuando su amante tiene suficiente sensibilidad para detectar sus sentimientos más profundos. Turandot es la que implacablemente destruye los muros que nos encierran en el pasado. Calaf es el que da el primer paso hacia "su" Destino.

Más datos y opiniones acerca de Turandot, en esta entrevista:
http://www.orfeoed.com/entrevistas/en142.asp

Un texto acerca del feminismo de Puccini, aqui:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/166/16617112.pdf

Cabría valorar la posibilidad de que Liù encarnase a Doria, la empleada de Puccini que padeció el escarnio social tras las calumnias de Elvira, la mujer poderosa y de fuerte carácter , como Turandot. En este caso, la obra intentaría reivindicar la memoria de la joven y tal vez la intención inicial fue dejar un regusto amargo en el triunfo de los dos protagonistas. No descarto el que las dos posibilidades puedan ser válidas, incluso que la obra tuviera un doble lectura.
Como diría Oscar Wilde,

"Todo arte es, a la vez, superficie y símbolo.

Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo.

Los que intentan descifrar el símbolo, lo hacen también a su propio riesgo.

Es al espectador, y no la vida, a quien refleja realmente el arte"

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