domingo, 28 de marzo de 2010

Vinagre y Rosas

No siempre es necesario utilizar palabras para describir sentimientos. En esta entrada, no pienso hablar de este tema. Sólo remitir al lugar adecuado, y dejar que cada un@ se deje llevar.

http://www.joaquinsabina.net

http://www.joaquinsabina.net/2009/10/09/las-canciones-de-vinagre-y-rosas/




No me canso de escucharlo, y no sé cuánto hace que lo hago. Mi corazón está en paz.

martes, 16 de marzo de 2010

Furtiv@s

Otra palabra que me resulta atractiva:

furtivo, va.

(Del lat. furtīvus).

1. adj. Que se hace a escondidas.


2. adj. Dicho de una persona: Que caza, pesca o hace leña en finca ajena, a hurto de su dueño.

La mayoría de las palabras que me gustan tienen una sonoridad particular. El sonido de la "f", la pronuncianción "ur", y el conjunto "ivo" o "iva". Todo ello es suave y leve. Incluso estéticamente, ias íes, úes y uves juntas, son armónicas y equilibradas, inversas, pero parejas.

Al pronunciarlas, tienen algo de sonidos "a escondidas", como en la definición. Una definición que parece tener connotaciones negativas, como si hacer algo a escondidas se tratase siempre de algo punible. Sin embargo, en ocasiones sólo supone buscar algo de intimidad, para guardarse de miradas ajenas. Y el egoísmo, señoras y señores, nunca ha estado muy bien visto.

La segunda acepción, sí resulta claramente "delictiva". El hurto implica despiste, y desconocimiento del propietario de dichas fincas y posesiones de lo que nos llevamos. Acabo de descubrir la diferencia entre robo y hurto ayer tarde, negociando una póliza para el seguro del hogar. No me mire nadie extrañad@, en el palacio de Elsinore estamos al tanto de las modernidades, y debemos mantener el patrimonio asegurado, por aquello de que en cualquier momento se muere un rey y nos sale rana el siguiente. En estas circunstancias, es fácil que se produzcan "despariciones" de mesas de despacho, tapices, sillones y objetos con cualquier excusa... en fin! No pienso extenderme en detalles domésticos, pero vienen al hilo de lo furtivo. El robo se hace "a posta", violando la privacidad, entrando a sabiendas en una casa o estancia que estaba claramente vedada. O abriendo una bolsa, maleta o billetera ajena. Hurto sería aprovechar el momento favorable para robar algo, sin forzar cerraduras, ni romper cristales.. más bien "al descuido": que salgo al patio a coger el correo, dejando la puerta abierta del piso, y entra un vecino y se lleva el Ipod de encima del mueble del recibidor,por ejemplo. O dejo la cartera sobre la mesa del bar mientras voy al baño, y alguien la coge...o acceden por la ventanilla abierta del coche al maletin del portátil...

Eso sí, siempre de manera furtiva, ya lo dice la palabra.

hurto.

(Del lat. furtum).

1. m. Acción de hurtar.

2. m. Cosa hurtada.

3. m. En las minas de Almadén, España, camino subterráneo a uno y otro lado del principal, para facilitar la extracción de metales o dar comunicación al aire, o para otros fines.

4. m. Der. Delito consistente en tomar con ánimo de lucro cosas muebles ajenas contra la voluntad de su dueño, sin que concurran las circunstancias que caracterizan el delito de robo.


De hurto y de furtivo, sale una expresión bastante más traviesa que perjudicial... es una mezcla , al oído, de furtivo y de puntillas....

hurtadillas.

(Del ant. hurtada, hurto, y este de hurtar).

a ~.

1. loc. adv. Furtivamente, sin que nadie lo note.


Así, a hurtadillas, en la soledad de la noche, entro a escribir palabras y palabros, palabrejas y expresiones con imágenes en su interior, con pequeños video clips mentales de milisegundos, cruces de ideas, mezclas y guiños... Y es cierto: a veces, hurto en otras páginas, en otras voces, y traigo aquí lo conseguido para que se mezcle con lo mío... No hay nadie honrado.....






domingo, 14 de marzo de 2010

No podía dejarlo pasar...

Acabo de escuchar en las noticias que hoy es el aniversario de la muerte de Félix (Rodríguez de la Fuente, of course). Y automáticamente, una serie de mecanismos en resorte han saltado dentro de esta cabecita loca, un prurito en las yemas de los dedos y una inquietud hamletiana se han apoderado de mí. Aquí estoy, con mis doce años de infancia-adolescencia a cuestas, revelándose por encima de esta madurez y sensatez tan equilibradamente asentadas, apareciendo desde un lugar remoto como una foto Polaroid. Y por unos segundos pasan por mi mente tooooooooodos aquellos años de inocencia, de idealismo, de esperanza... qué lejanos parecen! Pero están aquí mismo, saliendo por mis dedos hacia el teclado, viajando por los cables y las redes virtuales hasta esta negra pantalla, con la emoción erizándome el vello.

A los trece quería estudiar biología. Era lo que más me gustaba y lo que mejor me sabía. Y la anatomía del cuerpo humano. Aunque tras ler una noticia acerca de la primera mujer que se hizo forense en España, mis inquietudes científico-detectivescas agitaron las dudas. Entre conocer e investigar en la Naturaleza, o conocer e investigar crímenes, enfermedades incógnitas, o desmenuzar las evidencias de la muerte hasta más allá de la vida, la decisión era difícil.

Mientras, se me murió Félix, uno de mis ídolos, aunque no supe que lo era hasta que asumí su trágica muerte. Ya no tenía doce años, pero tampoco había decidido claramente mi futuro. Años después, entre Biológicas, Veterinaria y otras ramas cientifico sanitarias, tomé la decisión que me pareció oportuna.

Algo hay de Soberbia, de Pecado Original en ese empecinamiento que tenemos algun@s human@s por saber hasta el final qué hay detrás de todo. Bien sea sobre el comportamiento humano, como las diferencias o semejanzas culturales, o sociales, o anatómicas, bien sea un problemilla de células, como seguir las pietas de un asesino, la cosa es el morbo de conocer lo oculto, y a poder ser, antes que nadie, y mejor que nadie. Incluso no hacer nada con ello. Sólo la satisfacción de saberlo. Es la condición del Hombre, no conformarse con la Ignorancia. Cargar con un peso que no necesita asumir, pero cuyo control nos da una falsa sensación de seguridad.

No me apetece discernir ahora si es mejor saber o no saber, ya me dio bastante murga lo de ser o no ser, como para meterme en berenjenales metafísicos a la hora de la siesta. Todo llegará, y sobre la Verdad y el vivir en el Limbo, se ha escrito mucho. Otro día me pongo a ello. Pero hoy, la reflexión va por la curiosidad, por la ciencia, por la Naturaleza, y por la chavalilla de doce o trece años que quiso hacerse bióloga.

lunes, 1 de marzo de 2010

Efecto Facebook

Sigo insistiendo en que no me gusta nada Facebook.
Pero lo uso constantemente. Saludar, colgar vídeos, repasar lo que escriben los demás.
Y tiene un efecto en el comportamiento, te acostumbras a compartir hallazgos y sensaciones, y estados de ánimo. Incluso en el trabajo. O en el blog.

Seguiremos informando.....

Un cesto de cerezas


En el lateral derecho de la pantalla, hay un enlace a los álbumes de fotos de Flikr. Concretamente, imágenes de cerezas.

¿Porqué elegí cerezas? Supongo que de entre las opciones disponibles, me debió de llamar la atención que hubiera una precisamente sólo de cerezas. Algo sumamante concreto y rebuscado. Pero luego ha sido una verdadera caja de sorpresas visuales, el juego que dan, en copas, en cestas, en botes, sobre una mesa, en tartas, en un vestidos, en el campo....

Su color rojo es vital, y me sube el ánimo verlas. Tan redondas y alineadas, como puntos suspensivos en negrita, tamaño 72 y color de fuente... rojo cereza.
O amontonadas formando racimos, camufladas cual uvas, o como rubíes en el cofre del tesoro.

Fotos que otras personas hacen y ofrecen, igual que te ofrece el campesino un puñado de lustrosas cerezas recién cogidas. Pero además, me gusta la idea del cesto de cerezas, en el que vas tomando una, y salen dos parejas enredadas con sus tallos. Y en la siguiente, te llevas otras dos que no esperabas. Así es internet, así es la vida últimamente. Un interminable cesto de cerezas maduras y sabrosas, que inesperadamente salpican mi día a día de manchas rojas, puntos a seguir, en una inacabable sucesión de experiencias.

Preciosas.
Rojas.
Dulces e irrestistiblemente ácidas.
Cerezas y palabras se llevan bien.